También necesitan una asistencia sanitaria especial, psicólogos y psiquiatras que no sean generalistas, sino que estén capacitados en los traumas y secuelas que deja la guerra.
Familiares de los soldados caídos en la guerra de las Malvinas cuyos restos fueron identificados en el operativo de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense celebraron el viaje que pudieron hacer al cementerio malvinense de Darwin el 13 de marzo pasado, pero reclaman que el Estado se haga cargo de viajes regulares a las islas para los deudos.
“Le pedimos al Estado que entienda que los nuestros entregaron la vida en Malvinas y como Estado tienen que llevarnos a todos al menos una vez al año para verlos, tiene que ser más seguido porque lo necesitamos, incluso los familiares del Crucero General Belgrano”, declaró la presidenta de la asociación de familiares de caídos en la Guerra de Malvinas, María Fernanda Araujo, hermana del soldado Elbio Araujo.
Sostuvo que “muchos de los héroes que dieron la vida eran sostén de familia o iban camino a serlo; a los veteranos que volvieron el Estado les proveyó de puestos laborales, pero de las familias de los caídos se olvidaron”.
Los familiares también necesitan “una asistencia sanitaria especial, psicólogos y psiquiatras que no sean generalistas, sino que estén capacitados en los traumas y secuelas que deja la guerra”, señaló.
“La identificación de los héroes y estos dos últimos viajes a las islas trajeron sanidad y visibilidad al problema de las familias”, destacó.
“Lo que pasó con estos dos viajes fue que el equipo forense y la secretaría de Derechos Humanos se comunicaban con los familiares y los familiares fuimos escuchados: los soldados que pudieron volver se pudieron manifestar, pero nosotros los que perdimos a seres queridos en las islas eramos los grandes olvidados”, subrayó Araujo.
El proceso de identificación de los soldados sepultados como “NN” en Darwin “fue con grandes sorpresas”, señaló en referencia a que su madre le dijo que “saber cuál era” la tumba de su hijo Elbio “fue volver a parirlo y llegar al cementerio fue como un milagro”.
“El 26 de marzo de 2018 nos reencontramos por primera vez con el lugar exacto donde están nuestros seres amados y eso le paso a otras familias en el viaje de este 13 de marzo. Y seguimos luchando para identificar a los diez que faltan”, agregó
Para los familiares de los soldados muertos en la guerra de 1983 “el cementerio de Darwin es tierra santa, es nuestro pedacito de cielo donde la mayoría decidimos que los héroes se van a quedar”.
“Todo el viaje a las islas es muy especial, ni bien el avión empieza a carretear en Ezeiza ya se hace un silencio que recién se empieza a cortar después de un rato con suspiros; cuando se empieza a divisar las islas hay llantos y risas hasta el aterrizaje que es un festejo; ni bien pisamos Malvinas arranca un silencio que nos acompaña en los 45 minutos de ómnibus hasta que se empieza a ver la silueta del cementerio”, rememoró.
“Hay diez héroes que todavía no pudieron ser identificados, y entonces uno ve familias que durante largos ratos caminan de un lado para el otro, hasta que adoptan alguna de las cruces con el cartel de ‘sólo conocido por Dios’ y rezan junto a ella, y después van a la lista de nombres y pegan una foto por un ratito”, comentó Araujo.
Recordó que “el padrino de la Comisión de Familiares es el empresario Eduardo Eurnekian, y si pudimos viajar es porque él se ocupó de poner los aviones para ir, y de que haya buses esperándonos, carpas, baños químicos y todas las cosas que necesitamos que el Estado garantice”.